Ante la decisión de abandonar “el hábito”, la enfermedad mental denominada “tabaquismo”, de fumar, toda persona tiene que enfrentar la decisión de pedir ayuda, tras fracasar de forma reiterada en intentos basados en “ la fuerza de voluntad “, y deberá, por tanto, elegir y confiar en el método que considere más eficaz y que mejor se adapte a sus circunstancias.
De entre los más conocidos y avalados, ya sea de forma empírica o a través de estudios comparados, encontramos :
MEDICACIÓN
Es el tratamiento de referencia empleado por la medicina convencional alopática. Consiste en la ingesta de un fármaco durante 4/6 semanas, cuyo mecanismo de acción, explicado muy sintéticamente, sería: el medicamento introduce una molécula sintética en nuestro organismo que llega a ocupar los receptores nicotínicos de nuestro cerebro, los cuales, por así decir, al estar ocupador, no demandan la dosis de nicotina que experimenta el fumador. Si bien es cierto que en un porcentaje alto de los casos hay una disminución efectiva de las ganas de fumar a corto plazo, la retirada sistemática durante más de una década de las distintas formulaciones y Marcas de dicho medicamento ( Zintabac, Champix, etc.) que van siendo reemplazadas por formulaciones casi idénticas , responden a la evidencia de los graves efectos secundarios provocados por la manipulación química de la neurología del paciente, entre otros se describen alteraciones importantes en el estado de ánimo, tales como Depresión, Ansiedad, ideas autolíticas, etc.
OPCIONES SUSTITUTIVAS DE LA NICOTINA
Tales como parches, chiclets, vapeadores, etc.. esta opción, también muy próxima a los tratamientos médicos convencionales, se halla cada vez menos presente entre las opciones, debido a su evidente ineficacia, ya que mantenemos la adicción alterando únicamente la vía de administración. Se trata de una vía paliativa o de “contención de daños”, algo parecido a suministrar con receta metadona a un adicto a la heroína.
PSICOTERAPIA CONVENCIONAL
(Cognitivo conductual, motivacional, psicoanalítica). Útil, incluso fundamental en algunos casos y como complemento a una intervención más amplia y profunda. En una primera fase del tratamiento , es importante facilitar a la Persona la toma de conciencia de su situación, que por otra parte ya conoce (dado que tanto la Industria como la Administración no reparan en informar, comprobado que ello no afecta a sus ingresos). Sin embargo, resulta obvio, que ello no es suficiente para dejar de matarse.
ACUPUNTURA
Otra opción, muy utilizada desde hace décadas, y de reconocida eficacia, es la estimulación de diferentes puntos a lo largo del cuerpo y particularmente del pabellón auricular (AURICULOTERAPIA), que producen la regulación de los diferentes sistemas orgánicos, disminuyendo la ansiedad, y reduciendo sensiblemente la necesidad/deseo de fumar. En este aspecto concreto, más allá de la mejora integral del estado físico y emocional, la estimulación de ciertos puntos craneales y faciales, ya sea de forma tradicional o a través de tecnología láser totalmente indolora, produce, según numerosos estudios de resonancia, el mismo efecto que persigue la medicación sintética recetada para la adicción, solo que, en este caso, los receptores cerebrales nicotínicos son ocupados por la sobreproducción de neurotransmisores endógenos propios, que es lo que se ha estudiado que produce la estimulación de esos puntos craneales, y que al ser propios no producen efecto adverso alguno.
HIPNOSIS CLÍNICA
La hipnosis para Dejar de Fumar es una técnica psicoterapéutica con más de cien años de recorrido en nuestra Medicina y Psicología, cada vez más utilizada en las terapias de tercera generación y avalada por centenares de estudios científicos y por la práctica clínica de miles de profesionales de la medicina y la psicoterapia más avanzada. Dado que el tabaquismo, como cualquier adicción o trastorno conductual y obsesivo, radica , no en el entendimiento racional de lo perjudicial e inadecuado de la conducta, sino en, pese a tal entendimiento, el no poder abandonar dicha conducta perjudicial debido al componente inconsciente de dicha conducta. La única manera eficaz de intervenir sobre esa base disfuncional será actuando sobre esa parte inconsciente. La técnica de la hipnosis consiste en facilitar, mediante la relajación, la disociación de la Persona, que permanecerá totalmente consciente durante la sesión, y que “distrayendo” a su mente racional, accederá al inconsciente donde podrá cambiar ciertas creencias y limitaciones que le mantienen atado a la conducta indeseada.